Las aceras en Bogotá no son fáciles para un peatón. Y para una persona con un cochecito de bebe o con una silla de paseo pueden resultar un buen reto. Tienen agujeros y son muy altas. En varias ocasiones yendo por la calle, tuve que dar la vuelta y buscar otra manera para llegar a casa porque el camino que elegido a parte de tener las bajadas para los garajes de los edificios, también tenía… escaleras.

Además en algunas calles, la administración de los edificios es la responsable del “estilo” de la acera que tiene enfrente, a lo largo del edificio, así que cada pocos metros tenemos otra acera. Y si no hay edificio o la acera no tiene ‘’dueño’’ se queda descuidada.
Hay lugares donde las aceras son muy altas y no tienen rampas y para una persona con un cochecito, resulta más fácil girar y bajar primero con las ruedas traseras. Una vez me vio un señor y vino corriendo para ayudarme a bajar de la acera, cruzo la calle conmigo para ayudarme a subir a la acera del otro lado, levantando conmigo la silla de paseo. Esta situacion ha sido cómica, pero que amable por la parte del señor.
En otros sitios cruzando la calle, en el medio aparece una isleta que no tiene paso para peatones.

Tras unos paseos por Bogotá, cuanto volvía a casa casi sin aliento, me di cuenta que, con la fuerza que uno necesita para subir y bajar las aceras, no necesitare ir al gimnasio 😉 Hay que añadir que la altura donde esta Bogotá (2640 metros sobre el nivel del mar) hace que cualquier esfuerzo físico cuesta más.
En que parte de Bogotá fueron las fotos?
Carrera 11 entre 116 y 121 ☺️ Mi camino de vuelta des el pan pa Ya en la eswuina de la 116 ☺️